La escenografía catalana, el Institut del Teatre y la Cuadrienal de Praga

La escenografía catalana contemporánea y el Institut del Teatre comparten una misma historia. Por las aulas de esta institución han ejercido la docencia y se han formado la mayoría de nuestros escenógrafos del siglo xx y de la actualidad. En efecto, el fundador del Institut del Teatre en 1913 fue Adrià Gual: dramaturgo, director escénico y, especialmente, escenógrafo simbolista. Gual desarrolló nuevas intuiciones sobre el espacio escénico, estilizó los elementos pictóricos y redujo drásticamente las formas icónicas hasta llegar a una depuración extraordinaria.

Si retrocedemos a la primera mitad del siglo xix, encontramos al fundador de la escenografía catalana, Francesc Soler i Rovirosa, quien trabajó en varios teatros europeos. Él participaba de la estética romántica que definía el gusto de la burguesía de entonces y que protagonizó la aparición de varios teatros en Barcelona hacia 1830. En aquella época, se importaban profesionales y las últimas técnicas y estéticas de París. La escuela francesa aportó rigor lineal y otros recursos pictóricos como la visión panorámica de los espacios.

Décadas más tarde, surgiría la escuela escenográfica barcelonesa de estilo naturalista que se dilató hasta mediados del siglo xx. Su máximo representante fue Josep Mestres Cabanes cuya aportación más destacada fue el llamado ángulo maestro en su sistema de representación visual basado en la ciencia de la perspectiva.

En los años 60 y 70 surgen nuevas poéticas del espacio escénico así como alianzas con creadores plásticos de vanguardia. La colaboración con pintores como Antoni Clavé, Modest Cuixart, Antoni Tàpies o Joan Miró en diversos espectáculos marca un período de gran experimentación en los escenarios catalanes.

Sin embargo, el nombre de referencia de esta etapa es Fabià Puigserver, escenógrafo de renombre internacional y muy vinculado a la docencia en el Institut del Teatre de Barcelona. Puigserver había estudiado Bellas Artes y Escenografía en Polonia, su aportación fue capital para la regeneración de la escenografía en nuestro país. En su visión de la escenografía, había desaparecido la separación entre los elementos estáticos y la acción. A través de un neoexpresionismo ecléctico, Puigserver fue un auténtico escenógrafo-dramaturgo para quien el valor expresivo del espacio superaba a su valor representativo.

Junto a él, la gran labor profesional y pedagógica de Iago Pericor, muy vinculado a las neovanguardias, supuso una auténtica renovación generacional para el Institut del Teatre en cuyas aulas se formaban varios escenógrafos sensibilizados con las nuevas técnicas y estéticas: Ramon Ivars, Joan-Josep Guillen, Isidre Prunés, Montse Amenós o Andreu Rabal. Todos ellos han desarrollado una intensa carrera profesional y, al mismo tiempo, han ejercido la docencia en el Institut del Teatre. El valor del volumen y el impacto de la luz pronto se considerarían como los elementos definitorios del espacio escénico así como el uso de registros simbólicos y una libertad consensuada respecto a las estructuras técnicas.

En los 90, aparecen en Cataluña una serie de jóvenes escenógrafos entre los que destacan tres nombres: Alfons Flores, Quim Roy y Jon Berrondo, estos dos últimos son a su vez profesores del Institut del Teatre.

Antes de relatarles nuestra estrecha relación con la Cuadrienal de Praga, iniciada en 1987, nos gustaría explicarles qué es el Institut del Teatre. Se trata de un centro de educación artística superior, con proyectos de investigación y de difusión de las artes escénicas, y tiene acuerdos y relaciones permanentes con centros equivalentes de todo el mundo. El Institut del Teatre es una institución única que cuenta actualmente con la Escola Superior de Teatre, la Escola Superior de Dansa, la Escola Secundària integrada con el Conservatori Professional de Dansa, la Escola de Tecnologies de les Arts Escèniques, el Centre de Documentació y el Museu de les Arts Escèniques (MAE), el Consell d’Investigació, los centros regionales en Terrassa y Vic e IT Dansa, compañía de postgrado.

A lo largo de estos cien años, el Institut del Teatre ha experimentado una enorme variedad de situaciones, siempre en relación con las dificultades que vivió Cataluña durante su historia centenaria (Segunda República, la Guerra Civil, la dictadura de Franco y el período democrático). De una forma u otra, el Institut ha participado continuamente en las artes escénicas en Cataluña durante todos estos períodos, mediante la formación de actores, bailarines, coreógrafos, escenógrafos, directores escénicos y dramaturgos. No en vano los diferentes directores generales del Institut del Teatre siempre han tenido la voluntad de preservar su singular modelo con la finalidad de convertirse en uno de los pilares de la vida teatral de Cataluña.

Y es que desde sus inicios, el Institut también ha construido su archivo de documentos y piezas de museo, y actualmente consta como la segunda mayor biblioteca de artes escénicas de la Europa meridional. De esta manera, reúne unos cuatrocientos mil títulos y casi un millón de documentos, todos relacionados con las artes escénicas. Nuestro patrimonio documental se compone de una amplia variedad de manuscritos, libros y documentos (consultables físicamente y vía digital) indispensables para conocer el teatro catalán, la Edad de Oro del teatro español y todo tipo de escritos académicos actuales. Tenemos recursos documentales (con más de 200.000 entradas y varias bases de datos). De ellos, destacamos el archivo fotográfico y la colección de programas de mano. También contamos con una importante colección museística, en particular, escenografías pintadas, diseños de figurinismo y piezas de vestuario escénico.

De hecho, el Institut del Teatre ha jugado un papel de liderazgo a través de su peculiar modelo en el que coexisten varias disciplinas de las artes escénicas, tanto en su estudio teórico como práctico. Ese es el modelo empleado en todo el mundo por los mejores centros para la formación de talento creativo en las artes escénicas. Hay varias razones históricas por las que el Institut del Teatre tiene un alto perfil internacional que le ha permitido organizar diferentes encuentros internacionales, y algunas de esas citas más importantes son la primera Conferencia Internacional de Teatro en 1929 y la Conferencia Internacional de Teatro en 1985, y recientemente la Conferencia Mundial del IFTR (Federación Internacional de Teatro Investigación) en 2013, durante la Celebración del Centenario.

Dentro de esta proyección internacional, la Cuadrienal de Praga tiene un papel protagonista para nosotros. Participar en la exposición internacional de Escenografía y Arquitectura Teatral más importante del mundo supone una experiencia única para nuestros profesores y estudiantes, una cita que cada cuatro años nos permite establecer complicidades, ganar experiencias, conocimientos y autoexigencia.

La Cuadrienal de 2015 supondrá nuestra octava participación, esta vez representando a Cataluña a través del Institut del Teatre de la Diputación de Barcelona y de la Generalitat, el gobierno autonómico de Cataluña. Desde nuestra primera intervención en 1987 como embajadores de España en este certamen internacional, nuestra institución, y con el apoyo del Ministerio de Cultura en las ediciones de 2007 y 2011, el Institut del Teatre ha designado a los sucesivos comisarios nacionales: Josep Montanyès, Isidre Bravo, Guillem-Jordi Graells y Ramon Ivars. Todos ellos han trabajado para imprimir un sello característico en la mirada hacia el espacio escénico y la arquitectura teatral.

La comisaria de la presente edición es Bibiana Puigdefàbregas, una reconocida profesional de la escenografía que durante su trayectoria ha trabajado en varias producciones dirigidas por Àlex Rigola y que actualmente es la responsable de la Especialidad de Escenografía en la ESAD, Escola Superior d’Art Dramàtic, del Institut del Teatre. Para esta ocasión, nuestra comisaria ha formado un excelente equipo de docentes y colaboradores del propio Institut del Teatre tales como Montse Amenós, Ignasi Cristià, Jordi Fondevila y Marc Chornet. Ellos trabajarán a partir de una propuesta inicial del reconocido escenógrafo Ramon Ivars, comisario de la edición anterior.

Pero volviendo a nuestro histórico, las siete participaciones en Praga comisariadas por el Institut del Teatre han obtenido diferentes premios, menciones y reconocimientos. En 1991, el Stand Nacional de Escenografía diseñado por Produccions Calidoscopi mereció una Mención Especial. En 1995, la Medalla de Oro de Vestuario fue otorgada exaequo a las compañías teatrales La Fura dels Baus y Comediants, premiando así sus respectivas creaciones olímpicas: Mediterrani, mar olímpic (ceremonia de inauguración de los Juegos de Barcelona 1992) y La Festa del Foc (ceremonia de clausura).

La de 1999 fue una edición mágica para nosotros. Obtuvimos el máximo galardón, la preciada Medalla de Oro, nuevamente para La Fura dels Baus, esta vez en colaboración con Jaume Plensa. Un reconocimiento que supuso un antes y un después debido a la innovadora propuesta de espacio escénico, tanto a nivel conceptual, como dramatúrgico y tecnológico. Se premiaba a la compañía catalana y al reconocido escultor Jaume Plensa por tres de sus producciones operísticas: L’Atlàntida de Manuel de Falla, El Martirio de San Sebastián de Claude Debussy, y La Condenación de Fausto de Héctor Berlioz.

El trabajo en ópera de Àlex Ollé y Carles Padrissa, de La Fura dels Baus, se inició en 1996 con L’Atlàntida, un oratorio escénico sobre aquel mítico continente engullido por las aguas que también era un símbolo de la España republicana naufragando en la Guerra Civil. Fue también la primera de sus fructíferas colaboraciones con Jaume Plensa con el que establecieron unos rasgos estilísticos: un único escenario en mutación continua, simbología del cromatismo e inclusión de un espacio histórico a nivel dramatúrgico. En aquella ocasión fue la catedral de la ciudad de Granada. Más tarde fue el inmenso Felsenreitschule del Festival de Salzburgo que acogió el estreno de La Condenación de Fausto en 1999.

En aquella misma edición, también conseguimos una Mención Especial para el trabajo del escenógrafo Jon Berrondo para su propuesta de Así que pasen cinco años de Federico García Lorca. Finalmente, la Medalla de Plata de Vestuario fue para Juanjo Guillén por su espléndido trabajo para El Llibre de les Bèsties de Ramon Llull que realizó la compañía Comediants.

En la Cuadrienal de 2003, el jurado internacional premió con la Medalla de Plata de Arquitectura al proyecto de rehabilitación del Palacio de la Agricultura, inaugurado durante la Exposición Universal de Barcelona en 1929. Una rehabilitación destinada a albergar la nueva sede del Teatre Lliure.

Destaquemos otras distinciones para proyectos tan peculiares como el Observatorio de Teatros en Riesgo, liderado por el arquitecto Antoni Ramón, que recibió el reconocimiento de la Cuadrienal de Praga 2007 con una Mención de Honor de Arquitectura. Conclusión: han sido 27 años de camino conjunto, de compromiso y de reconocimiento mutuo entre el Institut del Teatre de Barcelona y la Cuadrienal de Praga. Y seguimos…

Muchas gracias por su atención.

Mercè Saumell
Jefa de Servicios Culturales
Institut del Teatre
Barcelona